AWE Capítulo 2: Los Hornos
Traductor: Frozzy
Capítulo 2: Los Hornos
La Secta Corriente Espiritual estaba ubicada en el continente del Bosque del Este en la parte inferior del Río Alcance Celestial, y se dividía en las riberas norte y sur. Su historia abarcaba incontables años y era muy famosa en el área.
Ocho enormes montañas cubiertas de nubes se elevaban sobre el Río Alcance Celestial. Cuatro de estas montañas estaban ubicadas en la ribera norte del río, mientras que tres se ubicaban en la ribera sur. Increíblemente, una montaña, la más majestuosa de todas, se elevaba desde el centro del río mismo.
La mitad superior entera de la montaña estaba cubierta de una nieve blanca y brillante, y se elevaba tan alto que la cima de la montaña ni siquiera era visible. El centro de la montaña había sido ahuecado, permitiendo que las aguas doradas del río fluyeran a través de ella, y haciendo que la propia montaña se pareciera un poco a un puente.
En este momento, un rayo de luz aceleraba cerca de la ribera sur de la Secta Corriente Espiritual. Eran justamente Li Qinghou y Bai Xiaochun. A medida que volaban hacia los cuartos de los sirvientes bajo la tercera montaña, apenas se podía oír a lo lejos a Bai Xiaochun gritando de miedo.
Estaba muriéndose del miedo por todo ese vuelo. Pasaron por sobre un sinfín de montañas y durante todo el trayecto, se había sentido como si estuviera a punto de perder su agarre sobre la pierna de Li Qinghou.
Eventualmente, su visión se tornó borrosa. Cuando se aclaró todo de nuevo, se dio cuenta de que había aterrizado afuera de un edificio. Allí se quedó con sus piernas temblando y mirando a su alrededor, viendo una escena que era muy diferente a todo lo que estaba acostumbrado en su aldea.
Sobre el edificio se alzaba una piedra enorme, sobre la cual estaban escritos tres caracteres con una caligrafía extravagante.
Departamento de Asuntos de Sirvientes.
Junto a la roca, se encontraba sentada una mujer con la cara marcada por la viruela. Apenas vio a Li Qinghou se puso de pie y juntó sus manos en saludo.
—Envía a este niño a Los Hornos— dijo Li Qinghou. Sin más palabras, y sin prestar más atención a Bai Xiaochun, se transformó en un rayo de luz que se disparó a la distancia.
Cuando la mujer de cara marcada lo escuchó mencionar a Los Hornos, se quedó viéndolo conmocionada. Observó un rato a Bai Xiaochun, luego le dio un bolso que contenía un uniforme de sirviente y otros objetos. Con una cara inexpresiva, lo alejó del edificio hacia un sendero cercano, al mismo tiempo que le explicaba algunas de las reglas básicas y costumbres de la secta. El sendero estaba pavimentado con piedra caliza verde, y recorría numerosos edificios y patios. El aroma elegante de plantas y flores llenaba el aire, y todo el lugar se veía como un paraíso celestial. Conforme veía a su alrededor, el corazón de Bai Xiaochun empezó a latir con emoción y su ansiedad y nerviosismo anterior empezó a desvanecerse.
—Este lugar es increíble —pensó. —¡Es mucho mejor que la aldea! — Sus ojos brillaban con anticipación mientras seguía a la mujer. El paisaje solo continuaba haciéndose más y más espectacular. Inclusive vio a algunas mujeres hermosas en el camino, cosa que inmediatamente hizo que su corazón se agitara con alegría.
Poco después, Bai Xiaochun se emocionó aún más. Logró ver lo que aparentemente sería su destino, al final del sendero había un edificio de siete pisos que brillaba como un cristal. Incluso había grullas celestiales volando en el aire sobre él.
—¿Ya llegamos hermana mayor?— preguntó Bai Xiaochun emocionado.
—Si—, respondió fríamente, su rostro inexpresivo como siempre. Luego apuntó a un pequeño camino que estaba a un lado. —Allí es a dónde vamos.
Bai Xiaochun volteó en la dirección a la que apuntaba, con su corazón lleno de anticipación. Pero entonces su cuerpo entero se tensó y se frotó los ojos. Observó de nuevo un poco más de cerca, y vio un camino de grava bordeado por cabañas de techo de paja mal construidas que se veía como que podrían desintegrarse en cualquier momento. Un aroma extraño emanaba del área.
Bai Xiaochun quería llorar pero no le salían las lágrimas. Aun aferrándose a una pizca de esperanza, le hizo otra pregunta a la mujer de cara marcada.
—Hermana mayor, ¿no acabas de apuntar a la dirección equivocada?
—No.— Respondió fríamente, avanzando hacia el camino de grava. Cuando Bai Xiaochun escuchó su respuesta, fue como si hubiera desaparecido toda la belleza del lugar. Una expresión amarga apareció en su rostro mientras continuaba siguiéndola.
Pronto, logró ver el final de ese camino decrepito, a donde pudo ver varios enormes woks negros corriendo alrededor. Después de un momento, se dio cuenta de que los woks estaban unidos a las espaldas de varios hombres increíblemente gordos. Estos hombres eran tan obesos que parecía que exprimirlos haría que pura grasa se escurriera fuera de ellos. Uno de ellos era aún más gordo que todos los demás, tan gordo que parecía una montaña de carne. Bai Xiaochun hasta se preocupó de que el hombre explotara por ser tan gordo.
El área entera estaba llena de enormes woks de cocina, sobre los que los gordos estaban hirviendo arroz.
Al sentir que alguien se había acercado, los hombres se asomaron y vieron a la mujer de la cara marcada. El más gordo de los hombres, el que parecía una montaña de carne, levantó su cuchara y se acercó. La tierra temblaba mientras caminaba, a la vez que su grasa rebotaba y se movía de una manera que hizo que Bai Xiaochun se quedara mirándolo impactado. Sin siquiera pensarlo movió su mano buscando un hacha.
—Las urracas estaban cantando canciones especialmente hermosas esta mañana, y ahora sé por qué—, gritó la montaña de carne mientras se acercaba. Por sus ojos pasó un destello de lujuria. —Era porque venías hermanita mayor. ¿Será que ya cambiaste de idea? ¿Finalmente te diste cuenta de lo talentoso que soy, y quieres aprovechar este auspicioso día para convertirte formalmente en mi amada?
La mujer de cara marcada miró a la montaña de carne con repugnancia y rabia.
—Solo estoy aquí para entregar este niño a Los Hornos,— dijo. —Tarea cumplida. ¡Ya me voy!— Luego se apresuró a irse.
Bai Xiaochun quedó boquiabierta. Se había tomado el tiempo de observar a la mujer de camino aquí, y realmente se veía como un monstruo. No pudo sino preguntarse qué clase de gusto tenia este gordo. Al parecer incluso alguien con un rostro como el de ella le excitaba.
Antes de que Bai Xiaochun pudiera considerar más el asunto, la montaña de carne ya estaba de repente de pie frente a él, jadeando un poco. El hombre era tan enorme que Bai Xiaochun quedó completamente cubierto en su sombra.
Bai Xiaochun alzó la mirada hacia el enorme hombre y sus rollos de carne que temblaban, y tragó fuertemente. De hecho, esta era la primera vez que veía a alguien tan gordo.
La montaña de carne le echó un vistazo resentido a la mujer de cara marcada, quien estaba en su camino de regreso por el sendero de grava, y luego volteó de nuevo hacia Bai Xiaochun.
—Bueno, bueno, tenemos un recién llegado. Habíamos dejado una vacante para que Xu Baocai se uniera, así que esto complica las cosas.
Bai Xiaochun se ponía nervioso tan solo por mirar la enorme figura de ese hombre, y dio unos pasos atrás inconscientemente. —Hermano Mayor, soy tu humilde… Ehm, humilde sirviente Bai Xiaochun…—
—¿Bai Xiaochun? Hmm…. Piel blanca, delgado y delicado. Te ves bastante inocente. Excelente, excelente. Tu nombre me agrada.
—Uh, ¿cuál es tu nombre, Hermano Mayor?— Bai Xiaochun respiró profundo y se quedó viéndolo pensativo, mientras se preparaba para burlarse del nombre del hombre.
La montaña de carne dejó salir una risa y se golpeó el pecho, haciendo que su grasa ondulara por todos lados. —Soy el Gran Gordito Zhang. Ese de ahí es el Segundo Gordito Huang, y aquel es el Tercer Gordito Hei…
Tan pronto Bai Xiaochun escuchó esos nombres tan ridículos, abandonó la idea de burlarse de ellos.
—En cuanto a ti—, continuó, el Gran Gordito Zhang, —De ahora en adelante, ¡Tú serás el Noveno Gordito Bai! Eh… Espera un segundo, Hermano menor. ¡Eres demasiado flaco! Si andas por ahí mirándote así, ¡Harás quedar mal a Los Hornos! Bueno, supongo que por ahora no importa. No te preocupes. En unos años también estarás gordo. Entonces te llamaremos Noveno Gordito Bai.
Cuando Bai Xiaochun escuchó el apodo Noveno Gordito Bai, se le quedó una mueca en la cara.
—Bueno, Noveno Hermano Menor, como ya eres de los nuestros, no cuentas como un foráneo. Aquí en Los Hornos, tenemos una larga tradición de cargar woks en nuestras espaldas. ¿Ves este wok en mi espalda?— Golpeó el wok y siguió alardeando: —Es el rey de los woks, forjado con hierro de la mayor calidad y grabado con una formación de hechizos de Fuego Terrestre. Cuando usas este wok para cocinar arroz espiritual, el sabor es mucho, mucho mejor que el del arroz cocinado en cualquier otro wok. Por cierto, también tienes que elegir tu propio wok para llevar en al espalda. Entonces te verás impresionante.
Al ver el wok del Gran Gordito Zhang, y dándose cuenta de que todos los demás en Los Hornos estaban adornados del mismo modo, Bai Xiaochun de repente se imaginó a sí mismo caminando por ahí con esas pintas.
—Hermano mayor — exclamó, —¿Será posible no optar por eso de cargar el wok…?
—¿Bromeas? ¡Cargar woks es una importante tradición en Los Hornos! ¡Luego cuando estés en la secta, la gente verá el wok en tu espalda y se darán cuenta de inmediato que eres de Los Hornos! Cuando sepan eso, no se atreverán a meterse contigo. ¡Los Hornos tienen bastante influencia por aquí sabes!— El Gran Gordito Zhang le guiñó el ojo a Bai Xiaochun. Sin permitir más discusión en el asunto, llevó a Bai Xiaochun a una de las cabañas de techo de paja, dentro de la cual había amontonados miles de woks, la mayoría de los cuales estaban cubiertos con una capa de polvo. Estaba claro que nadie había estado aquí en bastante tiempo.
—Adelante, elige uno Noveno Hermano menor, luego ven y ayuda a atender el arroz. Si el arroz se quema, entonces los discípulos de la Secta Externa harán una escena otra vez—. Dando un grito, el Gran Gordito Zhang volteó y corrió de vuelta a unirse con los otros gordos alborotados cocinando entre los más de cien woks.
Bai Xiaochun observó esos woks, suspirando en desesperación, y agonizando sobre cual elegir, cuando de repente se percató de un wok particular en una esquina, enterrado bajo una enorme pila.
Era un wok único, pues en vez de ser circular, tenía la forma de un óvalo. Casi ni siquiera parecía un óvalo, sino más bien, un caparazón de tortuga. También se podían ver unas tenues marcas en su superficie.
—¿Eh?— Los ojos de Bai Xiaochun se iluminaron, caminó rápidamente y se agachó para ver el wok de cerca. Después de sacarlo y examinarlo más, sus ojos empezaron a brillar con satisfacción.
Había sido aficionado a las tortugas desde que era joven, más que nada porque representaban longevidad. Considerando que había venido a aprender sobre la Cultivación Inmortal con el propósito de vivir para siempre, apenas vio este Wok de Caparazón de Tortuga, supo que era auspicioso, un buen augurio.
Después de salir con el wok, el Gran Gordito Zhang lo miró y se acercó con su cuchara en la mano.
—Noveno Hermano menor, ¿Por qué elegiste ese?— preguntó sinceramente, frotándose su enorme panza. —Ese wok ha estado allí por años, y nadie jamás lo ha usado, más que nada porque parece un caparazón de tortuga y la gente no quiere ponérselo en sus espaldas. Umm… ¿Estás seguro, Noveno Hermano Menor?
—Estoy seguro—. Dijo Bai Xiaochun con determinación, mirando afectuosamente al wok. —Este es el wok para mí.
El Gran Gordito Zhang lo trató de disuadir una vez más, pero eventualmente se dio cuenta de que Bai Xiaochun estaba decidido. Finalmente le dio una mirada extraña y dejó de intentar. Después de asignarle una de las cabañas de techo de paja de Los Hornos como su casa, volvió de vuelta al trabajo.
El anochecer llegó en poco tiempo. Bai Xiaochun se sentó en su cabaña de techo de paja, examinando el wok con forma de tortuga. Una de las cosas que sobresalían para él eran esos diseños marcados detrás del wok, los cuales eran tan tenues que no los verías a menos que miraras de cerca.
Pudo darse cuenta de inmediato que este no era un wok ordinario. Poniéndolo cuidadosamente en la estufa, miró alrededor a la pequeña cabaña. Era muy sencilla. Además de la estufa, tenía una cama, una mesa y un espejo de cobre ordinario colgando en la pared. Mientras Bai Xiaochun estaba volteando mirando sus alrededores, ¡ese wok aparentemente ordinario que estaba detrás de él de repente emitió un destello de luz violeta!
En lo que concernía a Bai Xiaochun, este había sido un día lleno de todo tipo de eventos de suma importancia. Finalmente había llegado a la tierra de sus sueños, un mundo de Inmortales. En este momento aún estaba un poco deslumbrado.
Después de que pasara un poco de tiempo, tomó un respiro profundo y sus ojos empezaron a brillar con anticipación.
—¡Voy a vivir para siempre!— Estando sentado allí, agarró el bolso que la mujer de cara marcada le había dado.
Dentro del bolso, había una píldora medicinal, una espada de madera, un poco de incienso, un uniforme de sirviente y un medallón de comando.
Por último, había un pergamino de bambú con varios pequeños caracteres escritos en su cubierta.
—Arte del Control de Caldero de Qi Violeta. Manual de Condensación de Qi.
Era de noche, y el Gran Gordito Zhang y los demás en Los Hornos aún estaban activos. Mientras tanto, Bai Xiaochun estaba viendo el pergamino de bambú, con sus ojos brillando de anticipación. Había venido para aprender cómo vivir para siempre, y en este momento, tenía la clave para lograr esa meta en sus manos. Después de respirar profundamente, abrió el pergamino.
Momentos después, sus ojos se iluminaron de emoción. El pergamino de bambú tenía tres imágenes acompañadas con textos, estos describían como la cultivación estaba dividida en 2 etapas, la de Condensación de Qi y el Establecimiento de la Fundación. En cuanto al Arte del Control de Caldero de Qi Violeta, este estaba dividido en diez niveles, cada uno correspondiente a los diez niveles de condensación de Qi.
Al practicar la cultivación hasta cierto nivel, era posible ejercer control sobre objetos físicos. Después de llegar al tercer nivel, podrías controlar la mitad de un pequeño caldero. Al sexto nivel sería la mitad de un caldero grande. Al noveno nivel. Era un caldero completo. En cuanto al último, el ‘círculo completo’ podrías de hecho controlar dos calderos enteros.
Lamentablemente, este pergamino solo describía hasta el tercer nivel del arte, sin más información sobre los niveles siguientes. La clave para todo el asunto era la cultivación, usando un conjunto prescrito de técnicas de respiración para desarrollar el Arte del Control de Caldero de Qi Violeta
Bai Xiaochun aclaró su mente y empezó a regular su respiración. Luego cerró los ojos e imitó la postura mostrada en la primera imagen del pergamino de bambú. Fue capaz de mantenerla por el tiempo de tres respiros cuando se llenó de un intenso dolor. Finalmente dejó salir un grito y se rindió. Por lo que él podía darse cuenta, al usar esta técnica de respiración el aire en realidad era aspirado desde su interior, haciéndole de hecho imposible respirar.
—Esto es muy difícil—, pensó. —De acuerdo a la descripción bajo la imagen, cuando practicas este tipo de cultivo, deberías ser capaz de sentir una hebra de Qi fluyendo a través de ti. Justo ahora, sin embargo, lo único que sentí fue un intenso dolor—. Estaba empezando a frustrarse. Sin embargo por el bien de vivir para siempre, apretó los dientes e intentó de nuevo. Repitió el proceso una y otra vez hasta la media noche. Durante todo el tiempo, ni una vez sintió ningún tipo de Qi en su cuerpo.
Él no tenía manera de saberlo, pero incluso alguien con un talento excepcional que intentara cultivar el primer nivel del Arte del Control de Caldero de Qi Violeta necesitaría al menos un mes para lograrlo, a menos que tuviera alguna ayuda externa. Considerando eso, era simplemente imposible que pudiera lograrlo en tan solo unas horas.
Con el cuerpo adolorido, Bai Xiaochun finalmente se estiró, estaba a punto de ir a lavarse la cara, cuando de repente, escuchó una conmoción afuera. Asomó su cabeza por la ventana y de inmediato vio a un joven con cara de cretino parado en la puerta del patio principal de Los Hornos. Se veía molesto.
—¡Soy Xu Baocai! ¡Quienquiera que fuese el que tomó mi lugar aquí, que salga ahora mismo!
[*] Corriente, hace alusión a un flujo de agua. Mantened esto en mente conforme progresa la historia. [†] Forma tradicional de saludar en china y otros países de Asia. Existen diversas posturas para las manos. [‡] En China y otros países de Asia, es normal referirse a otros como hermano, hermana, tío, etc… Wok, una especie de sartén oriental usado para cocinar. [**] Esta situación es un chiste, en China, ‘llevar un wok negro en la espalda’ es una expresión coloquial que significa, ‘ser acusado injustamente’ o algo similar.
Versión reeditada, usando las reglas gramaticales propias del español, cortesía de Juli Freixi y Frozzy.
La Secta Corriente Espiritual estaba ubicada en el continente del Bosque del Este en la parte inferior del Río Alcance Celestial, y se dividía en las riberas norte y sur. Su historia abarcaba incontables años y era muy famosa en el área.
Ocho enormes montañas cubiertas de nubes se elevaban sobre el Río Alcance Celestial. Cuatro de estas montañas estaban ubicadas en la ribera norte del río, mientras que tres se ubicaban en la ribera sur. Increíblemente, una montaña, la más majestuosa de todas, se elevaba desde el centro del río mismo.
La mitad superior entera de la montaña estaba cubierta de una nieve blanca y brillante, y se elevaba tan alto que la cima de la montaña ni siquiera era visible. El centro de la montaña había sido ahuecado, permitiendo que las aguas doradas del río fluyeran a través de ella, y haciendo que la propia montaña se pareciera un poco a un puente.
En este momento, un rayo de luz aceleraba cerca de la ribera sur de la Secta Corriente Espiritual. Eran justamente Li Qinghou y Bai Xiaochun. A medida que volaban hacia los cuartos de los sirvientes bajo la tercera montaña, apenas se podía oír a lo lejos a Bai Xiaochun gritando de miedo.
Estaba muriéndose del miedo por todo ese vuelo. Pasaron por sobre un sinfín de montañas y durante todo el trayecto, se había sentido como si estuviera a punto de perder su agarre sobre la pierna de Li Qinghou.
Eventualmente, su visión se tornó borrosa. Cuando se aclaró todo de nuevo, se dio cuenta de que había aterrizado afuera de un edificio. Allí se quedó con sus piernas temblando y mirando a su alrededor, viendo una escena que era muy diferente a todo lo que estaba acostumbrado en su aldea.
Sobre el edificio se alzaba una piedra enorme, sobre la cual estaban escritos tres caracteres con una caligrafía extravagante.
Departamento de Asuntos de Sirvientes.
Junto a la roca, se encontraba sentada una mujer con la cara marcada por la viruela. Apenas vio a Li Qinghou se puso de pie y juntó sus manos en saludo.
—Envía a este niño a Los Hornos— dijo Li Qinghou. Sin más palabras, y sin prestar más atención a Bai Xiaochun, se transformó en un rayo de luz que se disparó a la distancia.
Cuando la mujer de cara marcada lo escuchó mencionar a Los Hornos, se quedó viéndolo conmocionada. Observó un rato a Bai Xiaochun, luego le dio un bolso que contenía un uniforme de sirviente y otros objetos. Con una cara inexpresiva, lo alejó del edificio hacia un sendero cercano, al mismo tiempo que le explicaba algunas de las reglas básicas y costumbres de la secta. El sendero estaba pavimentado con piedra caliza verde, y recorría numerosos edificios y patios. El aroma elegante de plantas y flores llenaba el aire, y todo el lugar se veía como un paraíso celestial. Conforme veía a su alrededor, el corazón de Bai Xiaochun empezó a latir con emoción y su ansiedad y nerviosismo anterior empezó a desvanecerse.
—Este lugar es increíble —pensó. —¡Es mucho mejor que la aldea! — Sus ojos brillaban con anticipación mientras seguía a la mujer. El paisaje solo continuaba haciéndose más y más espectacular. Inclusive vio a algunas mujeres hermosas en el camino, cosa que inmediatamente hizo que su corazón se agitara con alegría.
Poco después, Bai Xiaochun se emocionó aún más. Logró ver lo que aparentemente sería su destino, al final del sendero había un edificio de siete pisos que brillaba como un cristal. Incluso había grullas celestiales volando en el aire sobre él.
—¿Ya llegamos hermana mayor?— preguntó Bai Xiaochun emocionado.
—Si—, respondió fríamente, su rostro inexpresivo como siempre. Luego apuntó a un pequeño camino que estaba a un lado. —Allí es a dónde vamos.
Bai Xiaochun volteó en la dirección a la que apuntaba, con su corazón lleno de anticipación. Pero entonces su cuerpo entero se tensó y se frotó los ojos. Observó de nuevo un poco más de cerca, y vio un camino de grava bordeado por cabañas de techo de paja mal construidas que se veía como que podrían desintegrarse en cualquier momento. Un aroma extraño emanaba del área.
Bai Xiaochun quería llorar pero no le salían las lágrimas. Aun aferrándose a una pizca de esperanza, le hizo otra pregunta a la mujer de cara marcada.
—Hermana mayor, ¿no acabas de apuntar a la dirección equivocada?
—No.— Respondió fríamente, avanzando hacia el camino de grava. Cuando Bai Xiaochun escuchó su respuesta, fue como si hubiera desaparecido toda la belleza del lugar. Una expresión amarga apareció en su rostro mientras continuaba siguiéndola.
Pronto, logró ver el final de ese camino decrepito, a donde pudo ver varios enormes woks negros corriendo alrededor. Después de un momento, se dio cuenta de que los woks estaban unidos a las espaldas de varios hombres increíblemente gordos. Estos hombres eran tan obesos que parecía que exprimirlos haría que pura grasa se escurriera fuera de ellos. Uno de ellos era aún más gordo que todos los demás, tan gordo que parecía una montaña de carne. Bai Xiaochun hasta se preocupó de que el hombre explotara por ser tan gordo.
El área entera estaba llena de enormes woks de cocina, sobre los que los gordos estaban hirviendo arroz.
Al sentir que alguien se había acercado, los hombres se asomaron y vieron a la mujer de la cara marcada. El más gordo de los hombres, el que parecía una montaña de carne, levantó su cuchara y se acercó. La tierra temblaba mientras caminaba, a la vez que su grasa rebotaba y se movía de una manera que hizo que Bai Xiaochun se quedara mirándolo impactado. Sin siquiera pensarlo movió su mano buscando un hacha.
—Las urracas estaban cantando canciones especialmente hermosas esta mañana, y ahora sé por qué—, gritó la montaña de carne mientras se acercaba. Por sus ojos pasó un destello de lujuria. —Era porque venías hermanita mayor. ¿Será que ya cambiaste de idea? ¿Finalmente te diste cuenta de lo talentoso que soy, y quieres aprovechar este auspicioso día para convertirte formalmente en mi amada?
La mujer de cara marcada miró a la montaña de carne con repugnancia y rabia.
—Solo estoy aquí para entregar este niño a Los Hornos,— dijo. —Tarea cumplida. ¡Ya me voy!— Luego se apresuró a irse.
Bai Xiaochun quedó boquiabierta. Se había tomado el tiempo de observar a la mujer de camino aquí, y realmente se veía como un monstruo. No pudo sino preguntarse qué clase de gusto tenia este gordo. Al parecer incluso alguien con un rostro como el de ella le excitaba.
Antes de que Bai Xiaochun pudiera considerar más el asunto, la montaña de carne ya estaba de repente de pie frente a él, jadeando un poco. El hombre era tan enorme que Bai Xiaochun quedó completamente cubierto en su sombra.
Bai Xiaochun alzó la mirada hacia el enorme hombre y sus rollos de carne que temblaban, y tragó fuertemente. De hecho, esta era la primera vez que veía a alguien tan gordo.
La montaña de carne le echó un vistazo resentido a la mujer de cara marcada, quien estaba en su camino de regreso por el sendero de grava, y luego volteó de nuevo hacia Bai Xiaochun.
—Bueno, bueno, tenemos un recién llegado. Habíamos dejado una vacante para que Xu Baocai se uniera, así que esto complica las cosas.
Bai Xiaochun se ponía nervioso tan solo por mirar la enorme figura de ese hombre, y dio unos pasos atrás inconscientemente. —Hermano Mayor, soy tu humilde… Ehm, humilde sirviente Bai Xiaochun…—
—¿Bai Xiaochun? Hmm…. Piel blanca, delgado y delicado. Te ves bastante inocente. Excelente, excelente. Tu nombre me agrada.
—Uh, ¿cuál es tu nombre, Hermano Mayor?— Bai Xiaochun respiró profundo y se quedó viéndolo pensativo, mientras se preparaba para burlarse del nombre del hombre.
La montaña de carne dejó salir una risa y se golpeó el pecho, haciendo que su grasa ondulara por todos lados. —Soy el Gran Gordito Zhang. Ese de ahí es el Segundo Gordito Huang, y aquel es el Tercer Gordito Hei…
Tan pronto Bai Xiaochun escuchó esos nombres tan ridículos, abandonó la idea de burlarse de ellos.
—En cuanto a ti—, continuó, el Gran Gordito Zhang, —De ahora en adelante, ¡Tú serás el Noveno Gordito Bai! Eh… Espera un segundo, Hermano menor. ¡Eres demasiado flaco! Si andas por ahí mirándote así, ¡Harás quedar mal a Los Hornos! Bueno, supongo que por ahora no importa. No te preocupes. En unos años también estarás gordo. Entonces te llamaremos Noveno Gordito Bai.
Cuando Bai Xiaochun escuchó el apodo Noveno Gordito Bai, se le quedó una mueca en la cara.
—Bueno, Noveno Hermano Menor, como ya eres de los nuestros, no cuentas como un foráneo. Aquí en Los Hornos, tenemos una larga tradición de cargar woks en nuestras espaldas. ¿Ves este wok en mi espalda?— Golpeó el wok y siguió alardeando: —Es el rey de los woks, forjado con hierro de la mayor calidad y grabado con una formación de hechizos de Fuego Terrestre. Cuando usas este wok para cocinar arroz espiritual, el sabor es mucho, mucho mejor que el del arroz cocinado en cualquier otro wok. Por cierto, también tienes que elegir tu propio wok para llevar en al espalda. Entonces te verás impresionante.
Al ver el wok del Gran Gordito Zhang, y dándose cuenta de que todos los demás en Los Hornos estaban adornados del mismo modo, Bai Xiaochun de repente se imaginó a sí mismo caminando por ahí con esas pintas.
—Hermano mayor — exclamó, —¿Será posible no optar por eso de cargar el wok…?
—¿Bromeas? ¡Cargar woks es una importante tradición en Los Hornos! ¡Luego cuando estés en la secta, la gente verá el wok en tu espalda y se darán cuenta de inmediato que eres de Los Hornos! Cuando sepan eso, no se atreverán a meterse contigo. ¡Los Hornos tienen bastante influencia por aquí sabes!— El Gran Gordito Zhang le guiñó el ojo a Bai Xiaochun. Sin permitir más discusión en el asunto, llevó a Bai Xiaochun a una de las cabañas de techo de paja, dentro de la cual había amontonados miles de woks, la mayoría de los cuales estaban cubiertos con una capa de polvo. Estaba claro que nadie había estado aquí en bastante tiempo.
—Adelante, elige uno Noveno Hermano menor, luego ven y ayuda a atender el arroz. Si el arroz se quema, entonces los discípulos de la Secta Externa harán una escena otra vez—. Dando un grito, el Gran Gordito Zhang volteó y corrió de vuelta a unirse con los otros gordos alborotados cocinando entre los más de cien woks.
Bai Xiaochun observó esos woks, suspirando en desesperación, y agonizando sobre cual elegir, cuando de repente se percató de un wok particular en una esquina, enterrado bajo una enorme pila.
Era un wok único, pues en vez de ser circular, tenía la forma de un óvalo. Casi ni siquiera parecía un óvalo, sino más bien, un caparazón de tortuga. También se podían ver unas tenues marcas en su superficie.
—¿Eh?— Los ojos de Bai Xiaochun se iluminaron, caminó rápidamente y se agachó para ver el wok de cerca. Después de sacarlo y examinarlo más, sus ojos empezaron a brillar con satisfacción.
Había sido aficionado a las tortugas desde que era joven, más que nada porque representaban longevidad. Considerando que había venido a aprender sobre la Cultivación Inmortal con el propósito de vivir para siempre, apenas vio este Wok de Caparazón de Tortuga, supo que era auspicioso, un buen augurio.
Después de salir con el wok, el Gran Gordito Zhang lo miró y se acercó con su cuchara en la mano.
—Noveno Hermano menor, ¿Por qué elegiste ese?— preguntó sinceramente, frotándose su enorme panza. —Ese wok ha estado allí por años, y nadie jamás lo ha usado, más que nada porque parece un caparazón de tortuga y la gente no quiere ponérselo en sus espaldas. Umm… ¿Estás seguro, Noveno Hermano Menor?
—Estoy seguro—. Dijo Bai Xiaochun con determinación, mirando afectuosamente al wok. —Este es el wok para mí.
El Gran Gordito Zhang lo trató de disuadir una vez más, pero eventualmente se dio cuenta de que Bai Xiaochun estaba decidido. Finalmente le dio una mirada extraña y dejó de intentar. Después de asignarle una de las cabañas de techo de paja de Los Hornos como su casa, volvió de vuelta al trabajo.
El anochecer llegó en poco tiempo. Bai Xiaochun se sentó en su cabaña de techo de paja, examinando el wok con forma de tortuga. Una de las cosas que sobresalían para él eran esos diseños marcados detrás del wok, los cuales eran tan tenues que no los verías a menos que miraras de cerca.
Pudo darse cuenta de inmediato que este no era un wok ordinario. Poniéndolo cuidadosamente en la estufa, miró alrededor a la pequeña cabaña. Era muy sencilla. Además de la estufa, tenía una cama, una mesa y un espejo de cobre ordinario colgando en la pared. Mientras Bai Xiaochun estaba volteando mirando sus alrededores, ¡ese wok aparentemente ordinario que estaba detrás de él de repente emitió un destello de luz violeta!
En lo que concernía a Bai Xiaochun, este había sido un día lleno de todo tipo de eventos de suma importancia. Finalmente había llegado a la tierra de sus sueños, un mundo de Inmortales. En este momento aún estaba un poco deslumbrado.
Después de que pasara un poco de tiempo, tomó un respiro profundo y sus ojos empezaron a brillar con anticipación.
—¡Voy a vivir para siempre!— Estando sentado allí, agarró el bolso que la mujer de cara marcada le había dado.
Dentro del bolso, había una píldora medicinal, una espada de madera, un poco de incienso, un uniforme de sirviente y un medallón de comando.
Por último, había un pergamino de bambú con varios pequeños caracteres escritos en su cubierta.
—Arte del Control de Caldero de Qi Violeta. Manual de Condensación de Qi.
Era de noche, y el Gran Gordito Zhang y los demás en Los Hornos aún estaban activos. Mientras tanto, Bai Xiaochun estaba viendo el pergamino de bambú, con sus ojos brillando de anticipación. Había venido para aprender cómo vivir para siempre, y en este momento, tenía la clave para lograr esa meta en sus manos. Después de respirar profundamente, abrió el pergamino.
Momentos después, sus ojos se iluminaron de emoción. El pergamino de bambú tenía tres imágenes acompañadas con textos, estos describían como la cultivación estaba dividida en 2 etapas, la de Condensación de Qi y el Establecimiento de la Fundación. En cuanto al Arte del Control de Caldero de Qi Violeta, este estaba dividido en diez niveles, cada uno correspondiente a los diez niveles de condensación de Qi.
Al practicar la cultivación hasta cierto nivel, era posible ejercer control sobre objetos físicos. Después de llegar al tercer nivel, podrías controlar la mitad de un pequeño caldero. Al sexto nivel sería la mitad de un caldero grande. Al noveno nivel. Era un caldero completo. En cuanto al último, el ‘círculo completo’ podrías de hecho controlar dos calderos enteros.
Lamentablemente, este pergamino solo describía hasta el tercer nivel del arte, sin más información sobre los niveles siguientes. La clave para todo el asunto era la cultivación, usando un conjunto prescrito de técnicas de respiración para desarrollar el Arte del Control de Caldero de Qi Violeta
Bai Xiaochun aclaró su mente y empezó a regular su respiración. Luego cerró los ojos e imitó la postura mostrada en la primera imagen del pergamino de bambú. Fue capaz de mantenerla por el tiempo de tres respiros cuando se llenó de un intenso dolor. Finalmente dejó salir un grito y se rindió. Por lo que él podía darse cuenta, al usar esta técnica de respiración el aire en realidad era aspirado desde su interior, haciéndole de hecho imposible respirar.
—Esto es muy difícil—, pensó. —De acuerdo a la descripción bajo la imagen, cuando practicas este tipo de cultivo, deberías ser capaz de sentir una hebra de Qi fluyendo a través de ti. Justo ahora, sin embargo, lo único que sentí fue un intenso dolor—. Estaba empezando a frustrarse. Sin embargo por el bien de vivir para siempre, apretó los dientes e intentó de nuevo. Repitió el proceso una y otra vez hasta la media noche. Durante todo el tiempo, ni una vez sintió ningún tipo de Qi en su cuerpo.
Él no tenía manera de saberlo, pero incluso alguien con un talento excepcional que intentara cultivar el primer nivel del Arte del Control de Caldero de Qi Violeta necesitaría al menos un mes para lograrlo, a menos que tuviera alguna ayuda externa. Considerando eso, era simplemente imposible que pudiera lograrlo en tan solo unas horas.
Con el cuerpo adolorido, Bai Xiaochun finalmente se estiró, estaba a punto de ir a lavarse la cara, cuando de repente, escuchó una conmoción afuera. Asomó su cabeza por la ventana y de inmediato vio a un joven con cara de cretino parado en la puerta del patio principal de Los Hornos. Se veía molesto.
—¡Soy Xu Baocai! ¡Quienquiera que fuese el que tomó mi lugar aquí, que salga ahora mismo!
[*] Corriente, hace alusión a un flujo de agua. Mantened esto en mente conforme progresa la historia. [†] Forma tradicional de saludar en china y otros países de Asia. Existen diversas posturas para las manos. [‡] En China y otros países de Asia, es normal referirse a otros como hermano, hermana, tío, etc… Wok, una especie de sartén oriental usado para cocinar. [**] Esta situación es un chiste, en China, ‘llevar un wok negro en la espalda’ es una expresión coloquial que significa, ‘ser acusado injustamente’ o algo similar.
Versión reeditada, usando las reglas gramaticales propias del español, cortesía de Juli Freixi y Frozzy.